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LOS  CENACULOS

Cuanto más un Sacerdote vive el espíritu del Movimiento, tanto más se empeña con entusiasmo y hace propias las iniciativas de la Iglesia. Otras veces el Movimiento se desarrolla, al interior de la vida eclesial, con una actividad suya típica que es la de reunir a los Sacerdotes y a los fieles en encuentros de oración y de fraternidad, llamados “Cenáculos”.

“Yo os pido recogeros a menudo en vuestros Cenáculos, para darme una gran fuerza de oración, con la que pueda intervenir ante mi Hijo Jesús, para que os obtenga del Padre el don de un nuevo y segundo Pentecostés para la Iglesia y para toda la humanidad”.

(26 mayo 1985)

LA ESTRUCTURA DE LOS CENÁCULOS

La estructura de los Cenáculos es muy simple.

A imitación de los apóstoles, que se habían reunido con María en el Cenáculo de Jerusalén, nos reunimos juntos para orar con María, para vivir la Consagración y para hacer fraternidad.

ORAR CON MARÍA

Los Cenáculos deben ser ante todo encuentros de oración.

Pero esta oración debe ser hecha con María. Es por este motivo que una característica común a todos los Cenáculos es el rezo del Santo Rosario. Con él se invita a la Virgen a unirse a nuestra oración; se reza unidos con Ella, mientras que por Ella misma viene revelado a las almas el misterio de la vida de Jesús.

”Vuestro Rosario, que recitáis en los Cenáculos, siguiendo la insistente petición de vuestra Madre celestial es como una inmensa cadena de amor y de salvación con la que podéis envolver personas y situaciones e incluso influir sobre todos los acontecimientos de vuestro tiempo. Continuad a recitarlo, multiplicad vuestros Cenáculos de oración”.

(7 de octubre de 1979)

PARA VIVIR LA CONSAGRACIÓN

Durante los Cenáculos nos debemos ayudar recíprocamente a vivir la Consagración al Corazón Inmaculado de María. He aquí el camino a seguir: habituarse al modo de ver, de sentir, de amar, de orar y de obrar de la Virgen. A esto debe servir la pausa de meditación que se hace en los Cenáculos porque hay otros momentos y otros lugares para los comentarios que incluso son indispensables para todos. En general este espacio de tiempo viene dedicado a la común meditación del Libro del Movimiento.

No entra por tanto en el espíritu del Cenáculo recorrerlo escuchando doctas conferencias o comentarios culturales, de  otra forma se corre el peligro de alejarse de aquel clima de sencillez y de familiaridad, que tanto hace fructíferos nuestros encuentros.

PARA HACER FRATERNIDAD

Finalmente en los Cenáculos son todos llamados a hacer experiencia de una auténtica fraternidad.

¿No es quizás ésta una de las más bellas experiencias que se hace siempre en cada Cenáculo?. Cuanto más se reza y se deja espacio a la acción de la Virgen, tanto más se siente crecer también en el amor recíproco entre nosotros.  “¿Por qué os quiero unidos a Mi en Cenáculo? Para ayudarnos a quereros bien y a vivir en la verdadera fraternidad, en compañía de la Mamá. Es necesario hoy que mis Sacerdotes se conozcan, se ayuden, se quieran verdaderamente bien, sean como hermanos reunidos por la Mamá. Hay demasiada soledad, hay demasiado abandono hoy de mis Sacerdotes. No los quiero solos: se ayuden, se amén, se sientan y sean verdaderamente todos hermanos”.

(17 de enero de 1974)

Al peligro de la soledad, hoy particularmente sentida y peligrosa para los Sacerdotes, he aquí el remedio ofrecido por la Virgen: el Cenáculo, donde nos reunimos con Ella para podernos conocer, amar y ayudarnos como hermanos-

Los Cenáculos Regionales, diocesanos y familiares

Los Cenáculos regionales y diocesanos se desarrollan siempre en unión con el obispo del lugar el cual, o participa personalmente o a veces manda su asentimiento y su bendición.

Éstos Cenáculos ofrecen una envidiable ocasión para hacer experiencia concreta de oración común, de fraternidad vivida, y son de grande ayuda a todos para superar dudas y dificultades, para proceder con valentía sobre el camino difícil de la Consagración.

Entre los Sacerdotes, que han asumido la tarea de reunir a los hermanos, han sido elegidos los Responsables del Movimiento, a nivel nacional, regional y diocesano. De los Responsables de cada nación se reciben informes muy reconfortantes, en los que se asegura que los Cenáculos tienen siempre un mayor desarrollo y una utilidad  fecunda para la Iglesia local.

Los Cenáculos familiares son hoy particularmente providenciales, de frente a la grave desintegración de la vida familiar. En ellos una o más familias del Movimiento se reúnen en una misma casa: se recita al Rosario, se medita sobre la vida de  consagración, se hace experiencia de fraternidad comunicándose recíprocamente problemas y dificultades y se renueva siempre juntos el acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María.

En los Cenáculos familiares, las familias cristianas son ayudadas a vivir hoy como verdaderas comunidades de fe, de oración y de amor.

“Yo miro con amor las familias a Mí consagradas. […] Tomo a mi cuidado su vida espiritual, buscó llevar a las almas de los que componen la familia a vivir siempre en Gracia de Dios […]. Tomó a mi cuidado a los hijos, les conduzco a recorrer el camino de la actuación de un designio de Dios […]. Tomo a mi cuidado también el bien material de las familias a Mí consagradas […]. Si camináis todos sobre el camino que Yo os he trazado, vuestras familias serán los primeros gérmenes de mi triunfo” (23 julio 1987).

Encontrar o crear un Cenáculo

Para descubrir si hay un Cenáculo en tu zona, ponte en contacto con el Sacerdote Responsable más cercano a ti o al Secretariado de tu nación.

Para crear un Cenáculo, basta encontrarse dos o tres personas y seguir el desarrollo del Cenáculo como está indicado en el esquema del Cenáculo. Un Cenáculo puede fácilmente ser hecho en una casa o en un oratorio, en una capilla o en una Iglesia, si el Sacerdote está de acuerdo y tú eres un fiel coherente. Lo mejor es encontrarse en una fecha fija (por ejemplo, el 1º sábado del mes, o el 3ª domingo, etc.). La regularidad es importante. Puede ser mensual (como sucede para la mayor parte de los Cenáculos), semanal o tener otra cadencia.

Esta bien avisar al Responsable local o nacional para ser contactados y ayudados. Puede enviarte los opúsculos del Cenáculo o Libros para leer los Mensajes, y avisarte cuando ahí Cenáculos regionales o nacionales.

Particularmente importante es que en un Cenáculo no haya otros mensajes que los del Libro Azul.

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